Junio 12, 2017

El plan de ruta de Tony Gali en Puebla

Tulio Zaldívar

Como resultado de la homologación de los calendarios electorales de todo el país, que busca ahorrar recursos públicos y centrar la atención política en la labor gubernamental, algunos gobiernos estatales, por decisión de sus respectivos congresos, han visto acortados sus periodos. Tal es el caso de Puebla, cuyo gobernador tendrán un mandato de dos años. No obstante, ello no implica que no deba existir una planeación estratégica que guíe el accionar público.

Entendida como el intento racional, organizado, consistente y continuo de seleccionar las mejores alternativas disponibles para lograr metas específicas, la planeación gubernamental exige para la toma de decisiones un perfil profesionalizado y sistemático, que permita establecer su organización concreta a través de un método que jerarquice objetivos, los traslade de lo general a lo específico y establezca los procedimientos para su ejecución.

El más reciente de estos esfuerzos ha tenido lugar justamente en Puebla, en donde a cuatro meses de iniciar su administración el gobernador Tony Gali presentó el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2018, el cual indudablemente se encuentra influido por los recientes hallazgos de labores ilícitas en contra de los intereses nacionales, como lo es el robo de combustible de ductos de PEMEX.

En tal sentido, durante los siguientes 22 meses los habitantes de Puebla verán que la labor de su gobierno se centrará en abatir el porcentaje de 16.2% de población en pobreza extrema y de 64.5% en condiciones de pobreza, lo que representa 3 millones 958 mil personas que requieren políticas públicas específicas, servicios y condiciones de desarrollo.

Con ese objetivo es que el gobernador Tony Gali ha puesto en funcionamiento programas sociales que combaten la pobreza, garantizan el acceso universal a la salud, aseguran la asistencia de la juventud a la escuela, promueven actividades deportivas que fortalecen el tejido social y garantizan la igualdad de género, entre otros propósitos.

En ese sentido es que el gobierno estatal asume un papel de promotor de inversiones y de empleos a través de acciones como la creación del clúster automovilístico que, sin duda, representa un atractivo no sólo para las grandes armadoras, sino también para los proveedores de cada uno de los insumos necesarios para producir automóviles.

Es necesario destacar que toda actividad económica trae consigo graves implicaciones para el medio ambiente, por ello llama mi atención que Puebla asuma un reto de grandes magnitudes pero también de grandes beneficios, como lo es el saneamiento del Río Atoyac, considerado como el segundo más contaminado del país.

Se trata de un plan constituido por cinco ejes transversales: Igualdad de Oportunidades, Tranquilidad para la Familia, Prosperidad y Empleos, Sustentabilidad y Medio Ambiente y Buen Gobierno, cuyos objetivos, estrategias y acciones abarcan en gran medida la realidad poblana y pueden constituir un punto de inflexión a favor del bienestar de la población del Estado.

Persona alguna puede negar que el proceso electoral federal que está a tres meses de comenzar repercutirá en cada una de las 32 entidades del país, pero en la medida en que la hoja de ruta trazada por los gobiernos estatales se siga a pie juntillas, será la mejor garantía de que la población sea atendida y dotada de los insumos necesarios para su desarrollo y con ello, de buenos resultados en las urnas. No hay duda.